Separación con hijos pequeños: 10 consejos útiles para esta etapa


Cuando el núcleo familiar se ve afectado por una separación o divorcio, todos los integrantes se ven en la obligación de modificar el día a día. Si hay hijos pequeños, esto puede desembocar en una serie de problemas que se van a evidenciar en el momento o en un futuro próximo. En una revisión de literatura científica hecha por expertos de la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría(1), se pueden ver las distintas afecciones que pueden afectar a los niños durante el proceso de separación.

Sin embargo, esto no necesariamente tiene que terminar así. Se ha demostrado que si se logra una separación menos turbulenta, los niños no tienen por qué percibir como algo totalmente malo. Existen métodos que, al ponerlos en práctica, logran paliar los efectos negativos.

Lo fundamental

  • Los adultos suelen creer que los niños no perciben lo que sucede a su alrededor. Sin embargo, está comprobado que aún sin entender en su totalidad lo que sucede a, ellos receptan todo lo que pasa.
  • Una separación o divorcio significa una ruptura del núcleo familiar, que afecta, no solo emocionalmente, sino social y económicamente.
  • Separarse en un entorno libre de agresividad, donde la cooperación y la comunicación sean una constante, aseguran que los niños no lo interpreten como un cambio negativo.

Los 10 consejos útiles para esta etapa: nuestra lista.

Son muchos los miedos que rondan al momento de tomar una decisión tan radical. A continuación, compartimos 10 consejos que pueden ayudar a convertir el proceso de separación en algo más positivo para los niños.

Las separaciones, divorcios y nulidades presentadas durante el primer trimestre de 2021 crecieron un 5,7%. (Fuente: Alex Green: 5700176/ Pexels)

1 No hablar mal del otro progenitor o usar a los niños como espías.

Es entendible que la relación entre los padres esté rota y sea difícil la comunicación. Por eso es imprescindible no meter a los niños en esto. Frases como “dile a tu padre…” “¿Qué hace tu madre?” O simplemente hacer comentarios negativos sobre el otro progenitor, pueden resultar sumamente dañinos para los hijos, ya que pueden creer que eso mismo piensan de ellos.

Los problemas que llevaron a la ruptura conyugal no tiene que hacer partícipe a los niños. Infectar el lazo con uno de los progenitores puede llevar a la confusión y por ende, al rompimiento de este. Y el bienestar, tanto físico como mental de los más pequeños, debe ser una prioridad. El tiempo que se pase con los hijos tienen que ser momentos de conocimiento mutuo. Y tratar de mantener un ambiente positivo que le brinde sensación de seguridad.

2 No hablar de culpables

A los niños, generalmente, se les regaña cuando hacen algo malo. Por eso mismo, es que ante toda la situación de ruptura del núcleo familiar, pueden llegar a creer que todo eso sucede por culpa de ellos.

Es importante hacerles saber, si es necesario más de una vez, que ellos no son los culpables de toda la situación. Que no hay malos ni buenos, que es solo un cambio más. Asegurarles una y otra vez cuánto se los quiere puede fomentar las emociones positivas que evitarán problemas al relacionarse con los demás.

Hacerles saber que no tiene por qué elegir entre un progenitor, que está bien que quiere estar con uno u otro. Y sobre todo, generar entornos donde puedan convivir juntos sin tener que competir, para que el niño o niños, no se vea la existencia de bandos.

3 Convertirlos en una prioridad

La organización de los horarios se puede convertir en un caos ahora que ya no viven todos juntos. Y, si bien, hay que hacerles entender que su rutina va a ser diferente a lo que estaban acostumbrados, la planificación de la nueva cotidianidad debe priorizar los horarios y preferencias de los niños.

Vacaciones, salud, decisiones financieras, escuela, actividades extracurriculares, todas deben adecuarse según la disponibilidad y hábitos de los hijos.

La nueva normalidad de ellos tiene que ser lo más parecida a lo que era antes de la separación. Y claramente, que los niños no adviertan que por ellos hay que forzarse a hacer cambios, que haya buena predisposición por parte de los padres en la organización del día a día, para que tampoco se sientan culpables del malestar que ocasionan en los padres.

4 Hablar su mismo idioma

Los niños de entre los 3 y 6 años, están en pleno desarrollo psicolingüístico, es decir que están aprendiendo a interpretar el mundo a través del lenguaje. Por lo que, hablarles con terminología adulta puede que no ayude al 100% su comprensión.

En El divorcio y su repercusión en los hijos de Candela Carrasco Olabarria(2), podemos ver cómo en las diferentes edades, los niños van entendiendo la realidad de acuerdo a su desarrollo cognitivo, y es a través de su conocimiento que podemos saber qué herramientas de comunicación son las adecuadas.

Utilizar palabras idóneas a su edad va a facilitar el entendimiento de la situación y de las emociones negativas que sienten, como el miedo o inseguridades, y va a favorecer a un desenvolvimiento que perjudique lo menos posible a los niños y su consiguiente enfrentamiento a la nueva realidad.

Mientras mas grandes son los hijos, mayores son los problemas que pueden sufrir. (Fuente; Pragyan Bezbaruah: 1720186/ Pexels)

5 Comunicación sin intermediarios

Sobre todo cuando es reciente el divorcio, lo mejor es tomar decisiones en conjunto y dejar de lado los conflictos conyugales en beneficio de los hijos, y priorizar las necesidades de estos es de gran ayuda para evitar los problemas de conducta.

La crianza en un entorno sin agresividad, mejora la percepción de la realidad y previene la caída en los problemas de violencia y drogas durante la adolescencia.

En Las consecuencias del divorcio en los hijos de la Universidad de Granada(3), se pueden ver las estadísticas de incidencia de menores, con padres divorciados, en delitos con drogas, robos y problemas para relacionarse con el entorno por no poder controlar episodios irascibles.

Ya sea que convivan con el padre o la madre, es vital una relación basada en la confianza y la comunicación, junto con los límites puestos a tiempo, de uno u otro cónyuge; logran mejores resultados a nivel académico. Además, siempre va a ser más beneficioso el acompañamiento en las actividades y estar presente en todas las etapas de su vida.

6 Honestidad por sobre todo

Es normal que los niños, especialmente los más pequeños, piensen que sus padres pueden volver a estar juntos. Por eso, es importante no darles falsas esperanzas. Ya que pueden alimentar una realidad que no va a llegar a cumplirse y generaría en ellos una desilusión que puede provocar inconvenientes en sus procesos de socialización.

Dejar en claro que el único vínculo que se está divorciando es el conyugal y que los padres siempre van a ser padres.

Hacerles entender, como ya dijimos que ellos no son culpables de la separación ni tampoco de la reconciliación, puede ayudarles a entender la realidad sin que esta les genere malos entendidos. Además, es fundamental hablarles claro sobre la situación y explicarles que, a pesar de la separación, siguen siendo una familia y que van a contar con sus padres cuando los necesiten.

7 Poner límites

Como ya hemos dicho, hay que estar atentos a las necesidades de los niños. Pero, esto no quiere decir que se le debe dar con todos los gustos. Si bien, se van a experimentar grandes cambios en la rutina.

Es importante tratar de mantener de la mejor forma los hábitos diarios. Ya que estos van a controlar y conservar la conducta de los niños. Cualquier cambio, como falta de apetito o de sueño por ejemplo, pueden ocasionar un desequilibrio emocional que luego desencadena en los problemas en el comportamiento.

En ocasiones se pueden dar situaciones en la que los niños logren manipular y lograr así satisfacer sus deseos. Es por eso que los límites puestos a tiempo, sin necesidad de recurrir a la violencia de cualquier tipo, puede ahorrar mayores inconvenientes en la conducta de los niños.

Hay que recordar que ellos no tienen la madurez emocional para sobrellevar este tipo de situaciones, por lo que llegar a tener conductas destructivas no puede catalogarse como algo anormal.

Por esto mismo es necesario prestar atención, tener paciencia e identificar cuándo es necesaria la ayuda profesional.

8 No Abrumar a los niños

Es sabido que en momentos como los ya mencionados, uno está lleno de miedos y sentimientos encontrados, pero por sobre todo, se trata a toda costa de no perjudicar a los hijos.

Sin embargo, el exceso de información o la sobreprotección pueden ser contraproducentes. Darles el tiempo necesarios para que, con las herramientas que vaya desarrollando de acuerdo a su edad, pueda sobrellevar la situación sin que esta lo abrume por completo.

Los padres deben participar de las actividades del niño, acompañarlo en cada etapa de manera positiva y sobre todo escucharlos. En ocasiones, encuentran apoyo en un tercero (tíos, abuelos, primos) que siempre y cuando lo ayude, puede ser otro sostén que ayude al pequeño o pequeña a llegar a la estabilidad necesaria.

La disolucion del nucleo familiar puede generar sentimientos de inseguridad. (Fuente August de Richelieu: 4260639/ Pexels.com)

9 Tomar decisiones en conjunto

En Divorcio y planes de crianza para niños pequeños de 0 a 3 años: una revisión actualizada de la Universidad de Alicante(4), donde se hace una repaso de las últimas modificaciones de las leyes de familia y de los descubrimientos en el comportamiento de los niños, se deja en evidencia que aún no hay una verdad absoluta sobre si es mejor que los niños estén con el padre o la madre.

Sí es seguro que deben convivir con ambos progenitores, y con quién pasan la mayor parte del tiempo va a depender de cada situación. Se aconseja tener en cuenta varios factores a la hora de decidir dónde vivirán los niños, como la edad, la crianza y el apego.

Esto último, quiere decir que en gran medida la opinión de los niños sobre con quién pasar más tiempo debe ser tenida en cuenta. Así como también en el consiguiente régimen de visitas, que debe acompañar a su rutina y no interrumpirla.

10 No olvidarse de uno mismo

La decisión de separarse puede ser una de las más difíciles de tomar, no solo por los hijos. Si no que el tiempo dedicado a la pareja puede pesar y generar malestar emocional que también puede desencadenar en lesiones psicológicas. Se pierde la sensación de refugio y quedan la confusión y la angustia, al fin y al cabo, se siente como un fracaso a nivel emocional.

Cedeño Pinzón, Eduardo Javier en su trabajo final para la Universidad Técnica de Machala(5), analiza las secuelas que un divorcio puede generar en mujeres y hombres, y es importante saber identificar cuando se necesita ayuda profesional, porque el malestar que los padres puedan experimentar eventualmente va a ser transmitido a los más pequeños.

Mantener la salud propia es otro de los pilares fundamentales para cuidar a nuestros hijos.

Hacer el duelo sugerido del divorcio, superar cada una de las etapas de la ruptura a su tiempo, y no olvidarse de las cosas que te hacen bien. Permitirse los momentos propios para así, poder estar enteros y enfrentar la crianza de los pequeños lo más normal posible.

Y por sobre todo, entender que los hijos no son el sostén de los padres, ni mucho menos, un terapeuta. Hacer partícipe a los niños, aunque sean ya adolescentes, de los detalles de los problemas conyugales, pueden ocasionar en ellos graves problemas de socialización y llegar a proyectar los mismos inconvenientes con sus futuras parejas.

Resumen

El momento de una separación es un proceso que requiere de mucho trabajo, no solo físico, sino también mental. Los consejos mencionados en este artículo son aplicables para casos generalizados y no sustituyen la ayuda profesional que puedan requerir algunas situaciones en particular.

Lograr una divorcio en armonía, creando un ambiente tranquilo para nuestros hijos, no es imposible. Escuchar y prestar atención a los niños, la comunicación es fundamental para obtener la calma. Ser pacientes, trabajar en conjunto y, si es necesario, buscar apoyo externo que ayuden a lograr la nueva normalidad sin conflictos.

(Fuente de la imagen destacada: samer daboul: 1212805/ Pexels.com)

References (5)

  1. Problemas psicológicos
    Vallejo Orellana Reyes, Sánchez-Barranco Vallejo Fernando, Sánchez-Barranco Vallejo Pablo. Separación o divorcio: Trastornos psicológicos en los padres y los hijos. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. [Internet]. 2004 Dic [citado 2021 Sep 24] ; ( 92 ): 91-110. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352004000400006&lng=es.
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  2. Repercusiones
    Carrasco Olabarria C. El divorcio y su repercusión en los hijos [Internet]. Repositorio de la Universidad Pontificia Comillas; 2021. Disponible en: http://hdl.handle.net/11531/50819
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  3. CONSECUENCIAS
    José Cantón Duarte, María Rosario Cortés Arboleda, Ma Dolores Justicia Díaz. Las consecuencias del divorcio en los hijos [Internet]. Vol. 2, No. 3. Psicopatología Clínica Legal y Forense,; 2002. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2516704
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  4. LEYES
    Justicia, M.D. Justicia-Arráez, A. Alba, G. Fernández, M. Divorcio y planes de crianza para niños pequeños de 0 a 3 años: una revisión actualizada [Internet]. Congresos - Psicología y Educación - Libro de Actas; 2016. Disponible en: http://hdl.handle.net/10045/64155
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  5. Depresion
    Cedeño Pinzón EJ. La depresión: los efectos psicológicos y problemas emocionales en el adulto, ante la etapa del divorcio [Internet]. [Ecuador]: Universidad Técnica de Machala; 23-nov-2015. Disponible en: http://repositorio.utmachala.edu.ec/handle/48000/4163
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